Una de las experiencias más bonitas que tenemos los músicos es la de compartir lo que más nos gusta hacer y a lo que le dedicamos muchas horas de práctica, con otros, con nuestra familia, nuestros amigos, nuestros colegas… Sin embargo, cuando tenemos la oportunidad de visitar algún sitio en donde nos podemos conectar con la sensibilidad de personas que están en alguna situación difícil, ya sea por su entorno social, por su condición de salud, por su historia personal, es indescriptible la emoción que sentimos al brindarles un rato distinto, tocar sus corazones y llevarles algo de alegría. El sentir el aprecio y la gratitud con que nos ven y nos escuchan es uno de esos regalos invaluables que puede recibir un artista.
Aquí queremos compartir la visita que hicimos a la Fundación Santa Fé, el pasado jueves 22 de junio. Uno de nuestros alumnos, Mario Andrés Pinto, va cada semana a este hospital a tocar violín y piano como parte de su Trabajo Social. En la Fundación hay un bellísimo piano en el que, aprovechando las vacaciones, fuimos a tocar con otros de nuestros estudiantes y así, compartimos esta maravillosa disciplina de la música con todas las personas que por una u otra razón se encontraban allí.
Este tipo de vivencias le dan un sentido mucho más grande a todo lo que hacemos. Los profesores nos sentimos muy orgullosos del interés, la seriedad y el amor con el que los chicos se preparan, repasan su repertorio y se entregan en el momento de tocar su instrumento. Vemos como estas oportunidades los llenan de alegría y les enseñan mucho sobre la vida… y a nosotros también. No en vano Suzuki decía que a través de la música lo que buscamos es formar mejores seres humanos.
Esta no será, por supuesto, nuestra única visita, sabemos que los niños se enriquecen con estas experiencias, y las iremos compartiendo también con ustedes.
Mariana Saldarriaga https://youtu.be/DsSW_6HGgJo
