Este año vamos por los 15 con ALLEGRO. Si, quince años hace que nació este sueño, esta pequeña idea, “mi bebé”, que en menos de lo esperado llega a la emblemática edad de los 15.
Sé que para muchos este lapso de tiempo en una empresa “debería” reflejar, no sé, algunos logros empresariales, económicos, tal vez… ¿una solidez empresarial “X”? ¿un estado de resultados “Y”?, por ejemplo. Sin embargo, en mi visión de directora de este maravilloso lugar y, como una gran admiradora de la filosofía y el espíritu japonés, no estoy de acuerdo con las ideas de inmediatez y resultados rápidos que inculca tanto el mundo “moderno”. Considero que todo lo que realmente vale la pena se toma su tiempo y requiere de experiencia y maduración.
Veo a ALLEGRO en sus 15 y me doy cuenta de la necesidad de empezar otra etapa, una crucial. El día que estoy escribiendo esto se gradúa de músico uno de nuestros niños, Nicolás Urrego, quien se formó con nosotros, llegó a la U., y ya hoy presenta su recital de grado como guitarrista. Ya el pasado diciembre, el primer músico de ALLEGRO, Daniel Torres, se graduó como violinista, los siguientes serán Lina, Lucía, Juan David, Diego, Julián, Giuseppe, Mario Andrés… así que ALLEGRO es una Escuela que puede mostrar sus “resultados musicales”, sin embargo, los resultados que más me enorgullecen de todos ellos son los “personales”, y con esto me refiero a los principios y valores que estos chicos muestran al mundo, que llevan consigo y, que espero, hayamos contribuido a construir o a reforzar: esfuerzo, dedicación, constancia, disciplina, sensibilidad, compañerismo, cooperación, responsabilidad, respeto, autodominio, autoexigencia, empatía, entre otros, que de una u otra forma se inculcan permanentemente en el ejercicio del aprendizaje musical. Varios de nuestros niños son ya profesionales en otras áreas: bellas artes, arquitectura, sociología, Nathalia Castellanos, por ejemplo, se nos gradúa de ingeniería civil “de ayer en un mes” me dijo hoy durante su clase de piano, y en todos ellos veo la posibilidad de un mundo mucho mejor.
Si, ya ALLEGRO no es un bebé, es un quinceañero, lo cual significa que tampoco es un adulto, nos falta bastante trabajo, yo más que nadie lo reconozco, hay mucho por hacer. Observo a “mi bebé” y veo tanto de mí… de lo que me gusta y de lo que no… ALLEGRO ha sido una empresa tímida, como yo, a la se le ha trabajado y se le ha metido mucho empeño y mucho amor, pero que ahora como a las quinceañeras le llegó la hora de ser mostrada al mundo, pero no será con una gran celebración, lo que queremos es compartir más lo que hacemos, quiénes trabajamos aquí, quiénes estudiamos aquí, cuáles han sido nuestros resultados hasta ahora...
Como en cualquier adolescencia que se respete, apenas estamos/seguimos en construcción, eso sí con una visión y un propósito de empresa mucho más claros, con una mayor consciencia de dónde estamos, qué hemos logado y para dónde queremos ir, el resto queda en manos de Dios, del Gran Arquitecto del Universo, el Gran Misterio de la Vida, o como le llame cada uno.
